Amanda Gris

De azul vestias el dia que huyendo de tu vida chocaste con la mia...

Esto se lo dice Angel a Leo en la pelicula de Almodovar que ya todos conocemos. En ella, todo el mundo tiene un secreto: la novelista que escribe novelas rosa bajo un seudonimo, el editor del periodico que siempre ha querido escribir esas novelas, el marido que no ama a la esposa mas, la amiga que tiene un affair con el marido de su mejor amiga, la madre del hijo junkie, la empleada del servicio que es una gran bailaora... la lista sigue y sigue.

Aunque no es una de las mejores o mas llamativas de las peliculas de Almodovar, La Flor de mi Secreto, sin embargo toca uno de los temas que siempre llevamos con nostros: todos tenemos algo que mucha gente no conce. Todos ocultamos algo, desde lo mas simple hasta lo mas abominable. Y lo malo es que algunas veces nos envenena, ese no contar, ese no decir, ese silencio que te ensordece porque nadie mas lo escucha.

De las dualidades en el filme, la que mas me ha llegado ha sido la de Angel, el editor de un diario que bajo el sinonimo de Paqui Derma (que el piensa es demasiado, aludiendo a su barriguita, que por cierto he sexualizado desde la primera mirada) escribe ardientes defensas al genero rosa, tan vituperado por los 'verdaderos' escritores. Esto es algo con lo que me identifico, puesto que adoro el trabajo de Stephen King, al que los 'escritores' serios miran por sobre el hombro, pero que siempre logran encantarme en la segunda linea de lo que escriba. Y da la casualidad de que lo mismo me ocurre con los hombres.

Y este es uno de mis (varios) secretos: yo encuentro que los hombres como el que crea Juan Echanove son mi debilidad. No son el tipico guaperas en vaqueros apretados y remera ajustada que te quita el aliento o el hombre de impecable uniforme, simbolos de una trasnochada masculinidad que no me afecta (eso se deja para Joaquin Cortes, que es el bailarin o para Imanol Arias, el marido que enloquece a Leo). Angel, por otro lado, con su sensibilidad a flor de piel y su boca de beso me ha dejado un poco sin aliento. Con su ansia apenas contenida, esos ojos que parecen buscar los tuyos (y, he mencionado esa boca?) y sus movimientos al parecer poco calculados representa el tipo de hombre que me gusta. El hombre que no tiene un abdomen totalmente plano donde se puede lavar ropa, pelo lustroso -con un poco de ayuda de L'Oreal-, o la ropa de la ultima coleccion de Dsquared. Ese hombre es mucho mas sensual que cualquiera de los 'modelos' de Bel Ami.

Como, se preguntan mis amigos a veces, puedo yo encontrar a estos hombres atractivos? Pues porque yo, aunque contagiado un poco por el mercantilismo impertinente de las revistas gay puedo apreciar el ideal griego de la belleza que nos ponen via intravenosa cada dia, todavia pienso que un hombre comun es mucho mas atractivo que el tipo 'no me toques' en sus jeans Diesel y su remera de Bob Dylan. El hombre que ya ha pasado los treinta, que tiene un trabajo que a veces lo apabulla, que se preocupa por sus amigos y que no piensa en el proximo crucero de Atlantis donde va a estar cambiando de ropa cada tres horas para impresionar a los otros 4.000 pasajeros que estan pensando lo mis mo que el.

Este tipo de hombre que me gusta -como Angel, en la pelicula- para mi promete mucho mas que un frio beso dado por compromiso en una esquina de un bar, mientras los amigotes miran con recelo. O una revolcada rapida, producto de un hookup apresurado que te deja deseando mas. Esos hombres imposiblemente bellos que encuentras en los bares y en la red (Chueca, Gay.com, Dlisted, la lista sigue y sigue y sigue....) me dejan frio. Son los hombres 'comunes' los que me dejan sin aliento, que me ponen la carne de gallina, que me provocan hasta que no puedo mas y esos son los que yo quiero tener en mi cama, para que me hagan sentir lo que yo se que puedo sentir.

No importa cuantos hombres guapos ponga en este blog, no es la muscoloca (un termino usado por uno de los bloggers que leo que me ha parecido increiblemente acertado), el modelo de la ultima colonia de Armani o David Beckham el que de verdad quiero que me bese hasta el cansacio, o que me tome sin cesar durante toda una noche de cuanta manera se le ocurra. No. Es el hombre como Angel el que quiero. Porque quiero que me mire asi como el mira a Leo, quiero que me bese sin restricciones, su lengua buscando la mia, sus manos sin temor buscando mis rincones, que me penetre de cuantas maneras pueda sin restricciones o tabues. Eso es lo que el guapisimo burgues no me puede dar, lo que el yuppie en su conjunto de Ralph Lauren no se atreve a ofrecer, lo que el hombre de negocios no se permite pensar fuera de un labavo publico.

Y esa, como diria Amanda Gris, es la flor de mi secreto. Y nisiquiera estoy borracho...